La pensión de jubilación contributiva es uno de los pilares esenciales del sistema de protección social en España. Cada año, miles de personas comienzan su proceso de retiro y necesitan comprender con claridad qué requisitos deben cumplir, cómo se calcula la cuantía que van a cobrar y en qué fechas se abona la prestación. En 2025, el sistema mantiene su estructura principal, aunque continúa avanzando en el calendario de aumento de la edad legal de jubilación y en la ampliación del periodo de cálculo. Conocer estas reglas es fundamental para planificar un retiro tranquilo y asegurarse de que no se pierden derechos.
Requisitos de cotización para acceder a la jubilación contributiva
El primer paso para tener derecho a una pensión contributiva es cumplir con el tiempo mínimo de cotización exigido. En 2025, se mantiene el requisito de haber cotizado al menos 15 años a lo largo de la vida laboral. De esos 15 años, al menos 2 deben situarse dentro de los 15 anteriores al momento de solicitar la jubilación. A esto se le llama carencia específica y es indispensable.
Además del tiempo cotizado, la edad legal para retirarse continúa aumentando progresivamente. En 2025, la edad ordinaria de jubilación será de 66 años y 8 meses para quienes no alcancen un determinado periodo de cotización. Solo podrán jubilarse a los 65 años quienes acrediten 38 años y 3 meses o más cotizados. Este sistema busca equilibrar la sostenibilidad del sistema con la realidad laboral de los trabajadores, pero también implica que cada persona debe revisar con mayor detalle su historial de cotizaciones.
También existen modalidades excepcionales como la jubilación anticipada, voluntaria o involuntaria, la jubilación parcial y la activa, pero todas ellas exigen cumplir cifras específicas de cotización y reducciones aplicadas sobre la cuantía, por lo que siempre conviene analizarlas con calma antes de decidir.
Cálculo de la cuantía: cómo se obtiene la base reguladora
En 2025, el cálculo de la pensión contributiva se basa en las cotizaciones realizadas durante los últimos 25 años. Esto supone tomar las bases de cotización de los últimos 300 meses. Una vez recopilados esos 300 valores mensuales, se suman y el total se divide entre 350, obteniendo así la base reguladora. Esta cifra es el punto de partida para saber cuánto corresponderá cobrar.
Las bases de cotización no se tratan todas por igual. Las correspondientes a los 24 meses más recientes se utilizan por su valor real. Las anteriores, en cambio, deben actualizarse aplicando coeficientes de revalorización que corrigen la inflación para que las bases antiguas no pierdan valor respecto a las más recientes.
Este mecanismo permite que la pensión refleje de manera más justa la vida laboral completa del trabajador, aunque también puede perjudicar a quienes han tenido lagunas de cotización o periodos largos con bases bajas. Por eso es especialmente importante revisar los años incluidos en este periodo de cálculo.
Porcentaje aplicable según los años cotizados
Obtener la base reguladora no significa que se vaya a cobrar su totalidad. Sobre esa base se aplica un porcentaje, que depende del total de años cotizados.
Con los 15 años mínimos cotizados se accede al 50 por ciento de la base reguladora. A partir de ahí, por cada mes adicional cotizado, el porcentaje va aumentando progresivamente. Los primeros meses suman un incremento más alto y los siguientes lo hacen de manera ligeramente menor, hasta completar el total necesario.
Para cobrar el 100 por cien de la base reguladora en 2025, es necesario acreditar 36 años y 6 meses de cotización. Quien supere ese periodo no obtiene un porcentaje superior, pero sí puede acceder a incentivos si retrasa voluntariamente su edad de jubilación.
Este sistema favorece a quienes han tenido carreras laborales largas y continuadas, permitiéndoles obtener una pensión más acorde con su esfuerzo contributivo. Por el contrario, quienes no han podido mantener empleos estables pueden ver reducida su cuantía final.
Complementos, mínimos y máximos
Cada año se revisan los límites máximos y mínimos de las pensiones. La cuantía máxima marca el tope que puede recibir cualquier pensionista, incluso si su base reguladora es muy elevada. La cuantía mínima, por su parte, garantiza un ingreso base para quienes, aun teniendo derecho a pensión contributiva, obtengan una cuantía inferior debido a bases bajas o a carreras laborales incompletas.
Si una persona cumple los requisitos pero su pensión queda por debajo de la mínima establecida, puede solicitar un complemento a mínimos. Esto permite alcanzar un umbral digno, aunque está sujeto a ciertos requisitos de ingresos y residencia. Hay que recordar que los complementos no tienen carácter exportable fuera del país.
Estas reglas ayudan a mantener la equidad dentro del sistema, evitando pensiones excesivamente altas y garantizando un suelo mínimo a quienes más lo necesitan.
Calendario de cobro de la pensión contributiva
La Seguridad Social abona las pensiones mensualmente. Aunque la fecha oficial es el primer día hábil de cada mes, los bancos suelen adelantar los pagos unos días antes. La mayoría de entidades ingresa la pensión entre los días 22 y 25 de cada mes, lo que se ha convertido en una costumbre reconocible entre los pensionistas.
La pensión contributiva se cobra en 14 pagas anuales: 12 mensualidades ordinarias y dos pagas extraordinarias, que suelen ingresarse en junio y noviembre. Las pagas extras no se fraccionan ni se prorratean en la mayoría de los casos, salvo en algunas pensiones derivadas de incapacidad temporal convertidas en jubilación.
Desde enero de cada año entran en vigor las revalorizaciones aprobadas por el Gobierno, de manera que la primera nómina del año ya incluye la subida correspondiente. Estos incrementos suelen estar vinculados a la evolución del IPC, con el objetivo de evitar que las pensiones pierdan poder adquisitivo.
Consejos para planificar la jubilación en 2025
Planificar la jubilación con tiempo puede marcar una gran diferencia en la cuantía final. Es recomendable solicitar y revisar periódicamente la vida laboral, comprobar si existen lagunas de cotización, valorar si conviene solicitar convenios especiales y analizar diferentes opciones de retiro.
Conocer los cambios que se introducirán en los próximos años también es útil, ya que la normativa sigue en periodo de transición. A veces, retrasar o adelantar unos meses la jubilación puede tener un impacto significativo en la base reguladora o en el porcentaje aplicable.
Conclusión
La pensión contributiva de jubilación en 2025 se rige por reglas claras pero que requieren atención y planificación. Los requisitos de cotización, el cálculo de la base reguladora, el porcentaje aplicable según los años cotizados y el calendario de cobro forman un conjunto que determina el bienestar económico durante el retiro. Comprender cada uno de estos elementos permite tomar decisiones informadas y asegurar una jubilación más tranquila y estable.
